martes, 29 de enero de 2013

El Problema del Fracaso Escolar

El alto grado de fracaso escolar se erige como el centro de todas las ideas sobre el problema de la educación y engloba de una u otra manera a todas las demás. Dentro de los países de la Unión Europea analizados en función del grado de fracaso escolar que existe en los mismos, España es el país que tiene el mayor índice de fracaso escolar. Esto es observable dentro del informe PISA que sitúa a España en los últimos puestos de todos los países que forman parte del informe, aunque realmente no es necesario irnos al informe PISA para enterarnos de esto ya que es fácilmente observable en nuestro día a día. No podemos decir que el fracaso escolar se deba a una sola causa en concreto, sino que este se da mediante la influencia de diferentes factores. Tampoco puede generalizarse en cuanto a estas causas, puesto que cada país y cada rincón de cada país muestra unas características diferentes a que hacen único a este problema y hacen imposible que se puedan realizar comparaciones.



Siguiendo con la diferenciación entre países, podemos ver claramente reflejado en el texto como los países del sur, en nuestro caso España, son los países que tienen un mayor índice de fracaso escolar, haciendo una comparación con los países situados más al norte de Europa. Un ejemplo que nos permite visualizar esta diferencia es el gran índice de fracaso escolar existente en España, que es el país más al sur de Europa, con respecto al caso de Finlandia, que representa un escaso fracaso escolar, considerando que tiene uno de los mejores sistemas educativos del mundo, teniendo en cuenta los resultados y la gran capacitación de sus alumnos.

Centrándonos por completo en la parte del texto en el que se habla de la situación educativa española, podemos ver reflejada nuevamente la situación de que el fracaso escolar se ve acentuado en el sur con respecto al norte. Dentro de España, Andalucía y Murcia son las comunidades con mayor tasa de fracaso escolar, a diferencia por ejemplo de Navarra, que presenta un índice bastante más bajo con respecto a estas dos comunidades sureñas.

Uno de los principales factores por los que ocurre esto es la diferencia entre la cantidad de apoyos económicos que reciben las comunidades autónomas en concepto de ayudas a la educación. Podemos ver claramente en el texto, mediante la aportación de datos numéricos, que las comunidades del norte reciben más ayuda económica que las comunidades del sur. Volviendo al ejemplo de las comunidades citadas anteriormente citadas, Andalucía recibe menos de la mitad del dinero para temas educativos que Navarra. Esto nos hace pensar que el dinero reservado para la educación en España no está bien repartido. Andalucía siempre es el centro de las críticas en cuanto a la educación que se da en nuestra comunidad, pero también es verdad que somos la comunidad que menos dinero recibimos en concepto de ayudas educativas. Y este puede ser un factor bastante importante a considerar al hablar de las causas del alto índice de fracaso escolar.

Pero las ayudas económicas no son la única solución al problema del fracaso escolar, puesto que el aumento del gasto de dinero para solucionar el problema del fracaso escolar no garantiza unos mejores resultados en este aspecto.

El hecho de que un mayor gasto de dinero no garantice un menor índice de fracaso escolar está relacionado con la idea de que el problema puede estar en una falta de las capacidades básicas de los alumnos. Es decir, si el problema real es el segundo que acabamos de nombrar, un mayor gasto de dinero no solucionaría nada, si este no se emplea de manera correcta y no es repartido y manejado por alguien que realmente sepa lo que está haciendo y tenga en cuenta las necesidades del centro y del alumnado. Este es un problema muchísimo más presente de lo que creemos puesto que el dinero casi siempre suele ser empleado en aspectos superficiales para el centro, que no resultan ser una mejora para el mismo y no influyen para nada en la consecución de competencias que el alumnado debe llegar a conseguir.

Esta falta de competencias básicas en el alumnado es un problema real, el cual hemos podido ver de cerca cada uno de nosotros. ¿Cuántas veces hemos escuchado que a bachillerato había que llegar hablando inglés perfectamente? ¿O que en el instituto hay que tener ya una comprensión lectora? Si nos paramos a pensar en estas dos preguntas, ninguna de ellas se cumple en la mayoría de los casos. Aunque todos los profesores, directores, jefes de estudio u otros altos cargos educativos se empeñen en ello, la realidad es muy distinta. Por lo tanto, podemos decir que el alto grado de fracaso escolar no está tan relacionado con las ayudas económicas recibidas, aunque tampoco podamos decir que no tiene ninguna relación, y sí puede estar más relacionado con esa falta de competencias por parte del alumnado.

Aunque nos centremos en el concepto de fracaso escolar, nos parece también importante resaltar el alto grado de abandono escolar existente en nuestro país. Aunque abandono sea un concepto diferente al de fracaso, puesto que no implica llegar hasta el final y no conseguir el objetivo propuesto, también resulta ser un fracaso para un sistema educativo que no es capaz de motivar lo suficiente un alumnado que no encuentra el sentido ni ve el futuro dentro de un aula. Otro aspecto que esta fuera del fracaso escolar es la tasa de idoneidad existente en España, que refleja los alumnos con edad que están en el curso que les corresponde. Es observable que con el paso de los años y a medida que se avanza en los cursos esta tasa es mucho menor de la que debería ser conveniente.

La política también se erige como uno de los problemas dentro del asunto del fracaso escolar. Tratamos a la política como un problema, puesto que aunque no sea un problema en sí, sí que ha supuesto un problema a la hora de gestionar la educación en nuestro país. En primer lugar, es observable el hecho de que cada vez que nuestro país cambia de gobierno, ya sea cambiando también de partido político o no, las leyes que regulan nuestro sistema educativo también son modificadas a cada momento. El hecho de que no se confíe en una única forma de actuar en materia educativa, no permite que se pueda aprender de los errores cometidos y así poder ir modificando solo pequeños aspectos que no funcionen. Esto nos demuestra que en nuestro país es muy importante la ideología política bajo la cual se gobierna al resto de ciudadanos. Demostrando que una buena educación para los ciudadanos no es importante para ninguno de los políticos. Por lo tanto, podemos decir que existe una falta de constancia y de confianza con respecto a los sistemas educativos que se implantan en España y con respecto a las leyes que los regulan.



El cambio de leyes educativas cada vez que un partido político accede al poder es un grave problema para el índice de fracaso escolar, que en 10 años no ha parado de subir. En estos mismos años las leyes educativas han cambiado en 4 veces, lo que deja ver que uno de los principales problemas que tiene el sistema educativo español es la poca continuidad de ley educativa. Aquí podemos ver que el problema no reside en los alumnos ni en los centros educativos, sino que el problema reside en las ideologías políticas, que prefieren un rebaño de ovejas que les sigan a ciudadanos plenamente formados y educados para una vida en sociedad.

En otros países, la política no está tan relacionada con la educación. Es decir, las decisiones políticas no inciden tanto en el sistema educativo sino que este recae en manos de quien realmente sabe y de expertos en materia educativa que van guiando los sucesos que ocurren para hacer frente a los problemas educativos. Aprovechamos para resaltar la figura del pedagogo, el único realmente capacitado y formado para actuar y  tomar decisiones con respecto a la educación. Todo lo contrario a lo que actualmente ocurre en nuestro país, en el cual la persona encargada de lo citado anteriormente fue elegida a dedo por el actual presidente del gobierno.

La cuestión es  ¿qué transformaciones son necesarias en el nivel de las prácticas y de los sistemas educativos para conseguir que todo el alumnado y, sobre todo,  el que pertenece a grupos sociales y culturales más vulnerables, obtenga los máximos resultados?

La principal transformación que se tiene que realizar es la hacer una ley educativa acorde al contexto en el que se sitúa España, sin copiar las leyes educativas que existen en otros países y que la ley educativa siga en el tiempo sin ser radicalmente cambiada cada 4 años.

Uno de los datos que más pueden llamar la atención es la diferencia entre hombre y mujeres en cuanto a al fracaso escolar que existe en España. En mujeres hay un menor grado de fracaso escolar que en los hombres, aunque el grado de fracaso escolar se ha mantenido en el tiempo. Esto puede ser significativo si no fuera por el hecho de que los datos que se dan son solo datos cuantitativos que ofrecen números, y no se hace ninguna referencia a datos cualitativos para completar un informe que pueda ser más esclarecedor.

Para concluir, podemos decir que para acabar con la situación de fracaso escolar, desde nuestro punto de vista es necesario dedicar más esfuerzos para apoyar la adquisición de competencias clave por parte de los alumnos en riesgo de sufrir fracaso escolar. Es preciso generalizar los actuales esfuerzos  destinados a aportar financiación adicional para los estudiantes desfavorecidos, prestar apoyo a las necesidades de educación específica en contextos de inclusión o aplicar medidas orientadas a evitar el abandono escolar prematuro. Es motivo de gran preocupación el creciente número de personas con bajo nivel de capacidad de lectura. Es necesario adoptar, a escala nacional y europea, medidas globales que abarquen todos los niveles de enseñanza, desde la escuela maternal a la formación profesional y la enseñanza de adultos.

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